miércoles, 15 de mayo de 2013

Para la fumadora a la que amo por Áncora

He de preguntarle, señorita, si pudiese darme la cortesía de su mano para así llevarla a una zona espaciosa donde podamos consumir, por medio de una combustión, un objeto cilíndrico de aproximadamente una pulgada cuyo color es el blanco en su mayoría con el extremo marrón. En dicho objeto podremos encontrar el cadáver triturado de una planta que, como ya dije, mediante una combustión dicho cilindro originará humo. Este humo, si seguimos los pasos de manera correcta, al respirar con una ligera alteración teniendo nuestro objeto, ya bajo la influencia del fuego, en la boca lograríamos trasladarlo por la misma pasando por la garganta y sus cercanías hasta llegar a los pulmones para después invertir el procedimiento con el ligero cambio de que tenemos la optativa de exaltar lo por nuestra boca, nuestra nariz o ambas. Así continuaríamos repitiendo el proceso mientras dialogaríamos de como hace tiempo dejé de apreciar mi existencia al entender que no era más que otra cadena carbonatada creada por polvos cósmicos en pleno proceso de oxidación para culminar, eventualmente, en la muerte y sería en ese momento cuando rectificaría que lo único que anima a la materia gris que albergo en mi cráneo es su sonrisa y la bella forma en que usted presume su personalidad tan singular y hace gala de unos resplandecientes anteojos (es importante remarcar que es dentro de mi cerebro, si no me equivoco en el lóbulo frontal, donde guardo estos sentimientos por usted y no en el corazón como convencionalmente pensamos además de que es científicamente imposible albergar emociones en un músculo). Charlaríamos al respecto hasta que, en un algún impreciso momento, nuestro anteriormente mencionado objeto cilíndrico llegara a su fin tal como todo en esta vida tiende a hacer, finalizar, todo menos el número Pi ya que esta cifra es decimal y no repetitiva lo que nos deja con la idea ya conocida y acertada de que, si pasáramos estos números que se encuentran dentro de Pi a algún tipo de código para volverlo texto, en Pi se encuentra escrita toda la historia del mundo al pie de la letra con las palabras exactas de lo que dirías si aceptaras ir a fumar un cigarrillo conmigo.

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