martes, 27 de noviembre de 2018

Crecer

En la madrugada nada crece,
el viento que eres me rodea
como una brisa helada,
y el pasto moja las palmas
de mis manos
que truenan y te alcanzan.

Nada crece pero todo nos
envuelve; el silencio, el frio,
las cigarras y sus tambores,
el recuerdo de la lluvia,
el cansancio y el anhelo,
tus pecas,
la sonrisa,
la despedida.

Nada crece en tus ojos,
ni en el fuego de tus labios
ni en el suelo de tus mejillas
mas la tierra mojada respira,
y cuando tiembla, nace
una flor entre nosotros

y crece.