domingo, 28 de abril de 2013

Morocha en puerta por Weisel

Se vive de dejar y volver a dejar
(Si nos evadimos a diario)
si nunca se nos acaban los buenos sueños y el placer de no movernos
¿Como nos daríamos cuenta de que estamos muertos?

Por eso me gustan las morochas que tocan la puerta
me despiertan, me atan a las hilachas de sus blusas
me muevo por que no hay mas cama cómoda ni gozo en el imitar estatuas
Ni modo, me muevo para encontrarme otra ves inmóvil
Para que esta ves la morocha no encuentre aldaba
Para que a la próxima se quede sin manos
Y para que al final las polillas se coman las hilachas de su blusa

Me quedare en esta cama sin sabanas
sin remordimiento y cada vez menos cama
la cama
Sin cobijas ni resortes, ni cama
la cama

Mejor me quedo aquí en el suelo.




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