sábado, 2 de febrero de 2013

Un día siendo otro por Doherty

A veces, cuando estoy triste
Y no te conozco
Encuentro un amigo zoomórfico
Que me cuenta de mí
Que confundo la luz urbana
Con estrellas muriendo,
Que cuento los azulejos
De mi piso circular,
Que detesto que abran la puerta
Y sólo quieran hablar.

Y la verdad soy aquel que,
Antes de lanzar una flecha,
La ensaliva con beso, lienzo y pesos,
Disfruto del pan duro
Con cerveza caliente
Y quemo mis poemas
Con la esperanza de que los huelas
Y entiendas que mis penas
Son tragedias
Ajenas
Endulzadas con miserias
De mi pobre Ana Helena.

¿Y si la luna parpadea,
O nos vemos mañana?
¿Qué será de mi entonces?
Cuando en la ignorancia me cantas
Y sin palabra encantas
Al tocador de mi habitación
Donde escondo recuerdos
Y uno que otro lamento
Que aún no me otorgas con razón.

¿Serás entonces, Ana Helena,
Producto de mi imaginación?
Pues si en el aire te toco
Y en mi piel te veo,
Si en el silencio aturdes
¿Serás acaso mi creación?

Si es que al anochecer te mato
Es para mañana no comprender
Porque aún te veo deambular,
Errante, indiferente,
Por las esquinas de la instalación.

Y si fuera por mí,
Sólo existiría en esos fugaces momentos felices,
Como la tarde en que te abrí la puerta,
No hubo sonrisas a cambio,
Ni una mirada,
Ni un olor,
Entonces, tu humilde narrador se desintegra
Y sus miles de partículas viajan por el mundo,
El tiempo pasa
Y está en tu sol,
Y el tiempo pasa
Y se recuesta en cygnus,
Pero vuelvo y contigo
Y apenas pasaron segundos
En los que me enteré de cosas
De las que no quería saber
Pero me gusta enterarme de cosas
Que no quería saber,
Solamente, claro, a veces,
Cuando estoy triste
Y no te conozco.

Entonces es curioso preguntarse por qué,
¿No lo crees?





Lo curioso es que ni existes.

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