Aluzabas cada centímetro de mis sentidos,
La alargada noche regresaba, fría y fiel,
Insomne que te devoraba entre frágiles aullidos.
(Respiración)
Sentía la ausencia de una luz débil, y perteneciente,
Tu sola, dejándote atrás, en tu eternidad creciente,
Oquedad que no devora tu blancura ante un sol poniente.
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