El ya nunca cantara:
Mar de engranajes, oxidados,
Se quema la vela pero nunca se derrite
Siente esta panfóbica intriga,
Solo una luna lo notaria.
Y entonces grite lo que decían los templos,
El aliento de un muerto deja de serlo,
Cielo se rompe y se quiebra, ella, ella,
Llora por las noches vacías, perdió,
Cenizas que conforman tu padecer.
Jugando a decir adiós,
A falta de llanto, lujuria
Tocar la luz, tenerla en esta eterna noche
Un acto pecador en contexto es preciso,
Instrumento de penas vacuas,
Déjame derivarte a finito,
Tocarte, en tu garboso templo,
Un cuerpo sacro, en la estepa,
Momento perdido entre migajas.
Entre las mesas que nunca soñe tener
Mis sensaciones guardadas en una caja musical,
Dedos que sin tocar sienten los cambios,
Enrojecidos como la luna de Plutón.
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