Un día soleado, entre ramas y flores
Dos personajes que eternamente se amaron
De su amor incondicional, nació la mentira
Porque los dos personajes, no existían.
Solamente era uno, la mujer encantadora
Jamas tocada por las manos del fuego
Nunca vista ante los ojos de la noche
Su bella figura, como escultura de piedra.
Y como piedra, mujer fría, tan fría
Que engaño a todos para dar a luz
Que no supo como esconder traición
Así que la enterró en sus manos heridas.
Ahora en el cambio celestial, de tres estrellas
Ve mundo nuevo, ojos que maldicen
Maldicen por ser maldecidos, al nacer deformes
Y la madre no se sabe donde estuvo
Pues el hijo de carne y hueso seria, pero mentira
Por no ser de piel humana, sino animal de ira.
El niño ve al mundo con una cabeza de ave celestial
Hijo del sol, que no presento, pero con madre voladora
Y con su habilidad para ver, y de matar
Denegado a mensajero bajo, el niño maldecido
Pues tu eres grande, Horus, grande entre los grandes
Pero los grandes de los pájaros en la tierra.
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