Es una quimera tu presencia
de tiempos lejanos
y voces de flores sueltas
y lugares de hace años
has olvidado todo de mi
como un ciclo interminable,
como los milenios que giran
o como el final indecifrable,
y en todo el proceso
te has apoderado del recuerdo
como una tormenta incontenible
que golpea la piedra
suave pero rigida
hasta formar en ella tu rostro
te he buscado en el viento, en la lluvia,
en la sombra del atardecer,
y en todos lados te encontre,
en los rayos de sol
que se extienden en tu inocencia,
en tu perfume de dias nublados,
en la divina desnudez de tu piel
de nuevo acariciando mis sueños,
y en la risa del polvo
en desiertos negros de suave ebano
eres una vela
que baila y se consume,
que brilla con deseos de libertad
para justificar
que los caminos que atravezamos
se hayan separado.
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