Hola,
Amante de la buena mierda,
Siéntete cómodo en este pedazo de vida
Tan sepia y seco,
Anda, ve a divertirte
Nadando en las nubes
Unidas por tres viejos
Nacidos en un agujero
Considerado un hogar,
Adiós.
Sigo viviendo bajo los lagos
Esperando que algún día mojen
Este bosque interno.
Tren, el que nunca para,
Infinito anhelo del infierno.
Llevo catorce días sin usar ropa
Ensalivando el respaldo de mi cama,
Hace una semana no toco el agua
Ni la texturizada sensación de las piedras
Ni el suculento pan duro
Ni los vinos de Saló.
En mi corazón,
Sin embargo,
Aún guardo algunas putas
Y uno que otro amigo
Que se desolla y me viste
Pues la noche es fría
Y las palabras largas.
Así pues en esta noche
Solo hay tres ancianos
Al lado de la desértica carretera
Viendo cómo el bosque se hizo carbón
Para después ser desierto.
Uno no habla el lenguaje,
Otro loco por estar loco
Y el último se fue hace dos años.
Este bosque interno
En el que habitan amores
Y tres flores inmundas
Se carboniza
Y aunque el carbón se joya con la muerte
Yo ya voy en mi tren
Con los infinitos anhelos del infierno.
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